Cuba, 1968. El poemario
Fuera de Juego de Heberto Padilla gana un concurso de poesía. El libro evoca la dureza de los sacrificios exigidos por el socialismo en nombre de bellos horizontes siempre inalcanzables. El Estado cubano y la burocracia cultural, que encabeza Nicolás Guillén, repudian el premio y acusan al autor de "desviacionismo político". Padilla termina preso y es obligado a autoinculparse públicamente por injuriar a la Revolución con su poesía. Un caso emblemático de la estalinización cultural de la llamada revolución cubana.
FUERA DEL JUEGOA Yannis Ritzos, en una cárcel de Grecia.¡Al poeta, despídanlo!
Ese no tiene aquí nada que hacer.
No entra en el juego.
No se entusiasma.
No pone en claro su mensaje.
No repara siquiera en los milagros.
Se pasa el día entero cavilando.
Encuentra siempre algo que objetar.
¡A ese tipo, despídanlo!
Echen a un lado al aguafiestas,
a ese malhumorado
del verano,
con gafas negras
bajo el sol que nace.
Siempre
le sedujeron las andanzas
y las bellas catástrofes
del tiempo sin Historia.
Es
incluso
anticuado.
Sólo le gusta el viejo Amstrong.
Tararea, a lo sumo,
una canción de Pete Seeger.
Canta,
entre dientes,
La Guantanamera.
Pero no hay
quien lo haga abrir la boca,
pero no hay
quien lo haga sonreír
cada vez que comienza el espectáculo
y brincan
los payasos por la escena;
cuando las cacatúas
confunden el amor con el terror
y está crujiendo el escenario
y truenan los metales
y los cueros
y todo el mundo salta,
se inclina,
retrocede,
sonríe,
abre la boca
“pues sí,
claro que sí,
por supuesto que sí...”
y bailan todos bien,
bailan bonito,
como les piden que sea el baile.
¡A ese tipo, despídanlo!
Ese no tiene aquí nada que hacer.
*
Dossier de la revista Rialta a propósito del 50 aniversario del Caso Padilla#
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